ENCUADRE CONCEPTUAL
En la práctica laboral suelen imponerse modos y tendencias que se instalan como verdades alcanzadas. Este fenómeno responde a veces a una actitud aletargada producto de la vorágine profesional, la que lleva a relegar cuestiones que hacen al crecimiento de la tarea proyectual.
Afortunadamente en el ámbito académico es posible revertir esta orientación. En él se pueden re-pensar y discutir libremente conceptos que luego vuelven revitalizados a la competencia profesional
Es en la universidad donde cíclicamente estos debates tienen la oportunidad de darse, y está bien que así lo sea, para que en el fragor de la tarea diaria no queden enquistadas algunas certezas
En un momento de la humanidad por demás incierto no se trata de encontrar la respuesta perfecta, sino más bien hacer las preguntas oportunas. Preguntas que disparan la reflexión abriendo caminos de ida y vuelta en las creencias.
Este proceso se torna reversible porque implica ver las partes y el todo, el todo y las partes, y vislumbra al conocimiento como una red de saberes entretejidos en el cual si alguno de ellos se altera aún en lo más mínimo, produce cambios en la totalidad impredecibles.
La física observa una consigna de hielo cuando afirma que si las partes se ignoran, no hay sinergia. Si esto ocurre el juicio se aísla, se vuelve ensimismado y merma su potencia.
Es deber y a la vez derecho del espacio académico poner en el tapete afirmaciones que en otros momentos fueron regla, cuestionarlas es necesario pero esto no siempre implica virajes estridentes, los cambios devienen de procesos, no son intempestivos ni resultadistas.
Ser flexibles en este recorrido nos prepara para la re-consideración de antiguos conceptos, nos apresta para pasarles revista con una mirada actual y nos dispone para una transformación natural, evitando la divinización de la innovación a ultranza.
Se es original cuando se reinventa el origen. Lo otro, el creer que estamos condenados siempre a empezar de nuevo, ya fue transitado en algunos momentos pasados sin éxito.
Los productos generacionales se retroalimentan y no se excluyen, en la medida que interactúen.
CONCEPCION HOLISTICA
Hoy las disciplinas se desarrollan cada vez más con una visión holística, salen de sus estrictos contenidos para vincularse con conocimientos extra-curriculares y alimentarse de los ideales que cada época manifiesta.
Algunos paradigmas originados en el siglo pasado adquieren plena vigencia en los comienzos de este milenio. El relativismo en su mejor acepción, avala miradas divergentes dentro de un espacio de incertidumbre. Las creencias cada vez más necesitan ponerse a prueba para evitar desalinearse ya que la realidad no es un fenómeno estático y permanente. El sentido del conocimiento son las relaciones, por consiguiente queda afuera lo absoluto.
Dentro de este discurso la arquitectura tiene algo que decir: un edificio no alude sólo a si mismo, cuando se proyecta se construye un pensamiento. Se re-considera, se delibera y se renueva el entorno aún sin quererlo atento al intercambio que se produce inevitablemente entre la pieza arquitectónica, el tiempo y el lugar en el cual aparece.
El entorno implica no sólo la geografía sino también la cultura, y es en ese marco que la arquitectura se adapta y no impresiona, considera y no agrede, intensifica y no rebaja, activa inteligencias y agudiza las interpretaciones.
LA PARTE Y EL TODO
Teniendo en cuenta lo expresado anteriormente que el hecho arquitectónico hace a la totalidad, en esa responsabilidad, uno de los temas que hoy preocupan es como se hace la ciudad.
La vivienda digna fue un sueño de la modernidad que expresó el deseo del hombre de morar en un hábitat a la altura de sus necesidades, un significado que surgió hace algunas décadas en un momento histórico y allí quedó.
En el presente ese derecho ya no es suficiente, hoy esa razón conlleva también la ilusión a una ciudad digna; una ciudad capaz de otorgar a todos los ciudadanos un rango social elemental para la vida en convivencia.
No es posible pensar en la solución de la primera sin que se lo haga en función de la segunda, ambas son necesarias para crear las condiciones de ciudadanía y una no es sin la otra.
La arquitectura y la ciudad, temas que no son nuevos pero siguen siendo deuda pendiente. Este anhelo en la actualidad domina el discurso de la disciplina, demuestra la preocupación por equilibrar el requerimiento social, pero denota también que las acciones todavía no están a la par de ese deseo.
EL SABER REGIONAL
En este escenario que acontece hay algo que resulta un cable a tierra, es la posición que nos toca de nuestra realidad latinoamericana y que amerita una mirada hacia los países centrales para no reproducir errores que hoy se manifiestan repetidamente. Tenemos la oportunidad de ver los resultados sin todavía haberlos transitado del todo, visto con seriedad esto puede ser un valor.
Se trata de re-ver la cultura del despilfarro que incentiva la exclusión urbana y por ende la social.
Como actores del nivel superior de la enseñanza donde nos toca intervenir, nuestro compromiso debe estar a la altura de esa circunstancia.
Atender las cuestiones de la variedad del saber regionall a los efectos de configurar la construcción de un paisaje urbano de diversidad, promociona una sociedad mestiza que aúne y no afrente. Es en lo privativo de cada grupo social en lo que hay que trabajar, en beneficio de pertenencias y no de apartes.
Las causas de algunas frustraciones se dilucidan en foros de argumentación teórica que son insuficientes. Lo obligado es enfocar también la vista sobre aquellas experiencias que a la luz de la actualidad manifiestan tener algunos éxitos. Para ello hay que salir de pre-juicios políticos e ideológicos a fin de eludir el barajar y dar de nuevo, es decir atender los aspectos socio-urbanos holísticamente.
La dimensión mundial que trasciende las fronteras económicas intenta diluir las diferencias culturales. No se trata de canjear costumbres propias por ajenas sino desde el espacio periférico dónde nos toca estar establecer puentes de interacción que afiance nuestra personalidad regional, sin quedar fuera del concierto global.
Con este interés debemos intentar en especial desde el taller un trabajo de cuerpo donde se privilegie la tarea de conjunto por sobre el lucimiento individual.
El objetivo es hacer del proceso un fin, a los efectos que el resultado no se convierta en un hecho de asombro sino en algo esperable.
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